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Las emblemáticas jornadas de protesta del 2 y 3 de julio de 1986

El pueblo hace temblar la tiranía desde las poblaciones…

Durante las jornadas de protesta de los días 2 y 3 de julio de 1986 diferentes poblaciones de diversas ciudades de Chile se hicieron protagonistas del escenario nacional, alzándose en la lucha contra las injusticias de la dictadura, con valiente rebeldía y decisión, miles de pobladores, desde niños hasta ancianos, salieron a las calles de sus barrios a cacerolear, levantar barricadas y enfrentarse directamente contra la cruenta represión de la época.

En las poblaciones de las principales ciudades del país, a pesar de la censura de los medios, se fue contagiando el atrevimiento de salir a las calles y expresar el descontento popular a partir de diferentes protestas convocadas desde 1983, así fue creciendo también la juventud organizada en diferentes espacios, ya sean sociales, deportivos, culturales o incluso en milicias de resistencia, todo esto en el seno de sus mismas poblaciones, donde con una creatividad sin límites ante la fuerte persecución política de esos años fueron creciendo los centros de reforzamiento escolar, los grupos de jóvenes en las iglesias, las ollas comunes, los clubes deportivos de barrio, entre otros espacios que fueron constituyéndose como semilla de la resistencia y lugar de encuentro para la población.

Miles de jóvenes que crecimos en dictadura, aburridos de las injusticias y el hambre que azotaba a nuestras familias y vecinos, fuimos incluyéndonos cada vez más decididamente en la lucha contra el régimen, pasando por estos espacios sociales, conversando cada vez más seriamente las cosas que pensábamos sobre la dictadura, entendiendo que no podía continuar y que había que hacer lo que fuese necesario para abatirla y conquistar la vida digna en nuestras poblaciones.

En este contexto, de creciente alza en el descontento y la organización popular, es que son convocadas las jornadas de protesta el 2 y 3 de julio de 1986, bajo el alero de diferentes organizaciones políticas de izquierda, pero destacándose en lo práctico quienes realmente llevaban tiempo desarrollando trabajo en las poblaciones, es el caso del MIR, el MJL y el creciente FPMR. Estas organizaciones se fueron haciendo conocidas en la población y se constituyeron como referentes para nuestra juventud, por su decisión y su audacia, por sus grupos milicianos, quienes defendían las barricadas y se enfrentaban a la policía e incluso a los militares, pero que al mismo tiempo uno sabía, secretamente, que eran jóvenes estudiantes, que hace unos años o meses estaban jugando a la pelota con los mas pequeños en el club de futbol o que habían organizado el bingo de la población, eran reconocidos por la juventud, como dirigentes capaces que irradiaban amor por nuestra gente, y eso lo fueron contagiando en el resto.

Una mano empuñando un viejo revólver 38 fue lo único que asomó Renato desde la esquina para realizar dos o tres disparos hacia donde la policía desarmaba la barricada. El inconsistente parapeto construido con ramas de árboles, los clásicos neumáticos en llamas y trozos de escombros entremezclados con algunas señales de tránsito arrancadas de raíz, era defendido por cientos de jóvenes con piedras y bombas molotov. Mientras, una decena de uniformados portando fusiles de combate y otros tantos protegidos por grandes y gruesos escudos, arremetían con decisión, disparando en dirección a la población.” (De la rebelión popular a la sublevación imaginada, Luis Rojas Núñez).

 

El 2 y 3 de julio de 1986, antes de oscurecer, con una audacia miliciana sin limites iniciaron las protestas volando torres de alta tensión, para así cubrir la ciudad por el manto de la oscuridad y darle el mensaje de inicio de las protestas a la población, todos sabíamos que si se cortaba la luz era para salir a protestar, de esa forma se fueron levantando barricadas en las poblaciones, las cueles se mantuvieron en muchos casos, toda la noche hasta la siguiente mañana, esto dado que las protestas fueron demasiado bastas en algunas ciudades (como Santiago) y el contingente represivo no dio abasto suficiente para ir a todas, lo cual demostraba una vez más la eficacia de la protesta en la población y no tan solo en el centro de la ciudad, ejemplo claro de esto se dio también en octubre de 2019.

Fue la cantidad de barricadas levantadas en distintos puntos de las avenidas principales lo que demoraba el trabajo de las fuerzas represivas, más que la solidez de los obstáculos y la capacidad de resistir de manera permanente.” Idem.

Luego de las jornadas de protesta nacional, y de una serie de acciones combativas, como por ejemplo de el ajusticiamiento fallido al tirano, los pobladores fuimos testigos de cómo los partidos políticos, de supuesta oposición, y la dictadura fueron pactando la salida del tirano, vimos como se dieron la mano y llamaron a la paz, a recuperar la normalidad, pero claro, la normalidad que les conviene a los poderosos, luego de casi dos décadas de represión y de la instalación del neoliberalismo en el país, a costo de hambre y cesantía, era fácil para ellos retirarse y llamar a la conciliación, ya tenían la pega hecha.

La organización se erige claramente como el único camino para nuestro pueblo, esa misma que levantaron las milicias de resistencia, esa que hace protagonista a la gente, para no caer más en los engaños del poderoso, para no aturdirnos con sus mentiras y pactos que solo buscan confundir a nuestra gente. Lo hicieron al terminar con a dictadura con el plebiscito y lo han vuelto a hacer innumerables veces, a menor o mayor en escala, con mesas de negoción en cada lucha que levanta el pueblo, con el “Pacto por la paz y la nueva constitución” en la revuelta popular de 2019 e innumerables veces más en la historia de Chile.

Les invitamos a leer el capitulo 1 Combatientes en la Jornada de Protesta Nacional del 2 y 3 de julio de 1986 del libro “De la rebelión popular a la sublevación imaginada” de Luis Rojas Núñez, el cual entrega un relato mucho más cercano del acontecer de esos días, a modo de contribuir a la formación sobre esta emblemática protesta nacional.

Texto: Luis Rojas. De la Rebelión popular a la Sublevación imaginada