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La mafia energética en Chile: Otra vez es el pueblo quien paga con alzas

El pueblo trabajador es azotado una vez más con alzas. Cuando empezaba a parecer que los precios se estabilizaban (en las nubes) y nos acostumbrábamos a esta cara realidad, llega el alza de la luz. El gobierno de Boric ha anunciado descongelar las tarifas eléctricas, que estaban congeladas desde octubre de 2019 y se había extendido luego desde la pandemia hasta ahora. Mediante aumentos al doble en el costo de la luz, esperan que paguemos la multimillonaria deuda que se tiene con las empresas generadoras, con intereses incluidos; una deuda injusta y engañosa, cuya ley de pago refuerza la relación del gobierno con el empresariado, asegura sus ganancias y empobrece al pueblo.

¿Por qué las generadoras no están en crisis?

Frente a la deuda, las generadoras manifestaron estar bajo estrés financiero y verse fuertemente afectadas por el congelamiento de los reajustes. Sin embargo, todas las generadoras eléctricas siguen creciendo: el tercer trimestre del 2023 todas ellas crecieron. Enel, que realiza generación, trasmisión y distribución, aumentó sus ganancias casi en un 99% durante el periodo de congelamiento (ajustado por inflación).

Sucede que el suministro de energía a los hogares es, en esencia, una lucrativa cadena de empresas licitadas por el Estado que acumulan riquezas con la generación, distribución y transmisión de energía. En la base de la cadena se encuentran las generadoras, quienes producen la energía a partir de centrales que funcionan con carbón, gas natural o licuado, hidroeléctricas, paneles solares o eólicos.

Por el lado de los clientes, se dividen entre clientes regulados y no regulados a partir del nivel de consumo que tiene cada cliente. Así, mientras una gran minera puede negociar libremente los precios de su energía, los precios que pagan los hogares, industrias medianas y gran parte del comercio son regulados por las empresas generadoras y el Estado. Lo increíble es que más de la mitad de la energía generada a nivel país es consumida por un grupo minúsculo de empresas (mineras, siderúlgicas, cementeras, celulosas y otras) quienes consumen el 61% de la energía, mientras que el 39% de la energía es consumida por clientes regulados (hogares, comercio y mediana industria).

A lo largo de los años se ha formado un monopolio en torno al negocio de la energía que le ha permitido a un puñado de empresas generadoras fijar los precios y las condiciones en que se genera la electricidad. Así, paradójicamente, mientras el 40% de la energía que se produce es renovable (y por ende, más barata), Chile es el país con la segunda tarifa eléctrica más cara de Sudamérica.

El negocio que ha logrado este monopolio se basa, en muchos casos, en fijar los valores de su producción en dólares, y asociarlos mañosamente al valor de cierto combustible fósil (como el gas o el carbón), aún cuando no lo usen. Con esto, empresas como Generadora Metropolitana pueden subir el precio de su tarifa por guerras en Europa, atentados en EE.UU. o porque sube el precio del gas, cuando en la realidad compran y generan energías renovables producidas en Chile. Una jugada tramposa que los mantiene con un negocio multimillonario, incluso cuando los precios son congelados.

Por lo tanto, no existen empresas asociadas a la luz que se encuentren afectadas o en estrés financiero, cuando su negocio se basa en un encarecimiento de los precios respecto al costo real que les supone la producción de los combustibles. Los únicos que si se verán afectados y preocupados para llegar a fin de mes con las alzas serán los bolsillos del pueblo.

¿Por qué sube la luz? Un gobierno que trabaja para los empresarios.

Ahora bien, el gobierno ha implementado un mecanismo de cobro para las cuentas de la luz que ha denominado como “Ley de Estabilización Tarifaria”, con el que se pretende pagar la deuda acumulada de más de 6.000 millones de dólares que se le deben a las generadoras eléctricas en todo el país.

Esto se remonta a la gestión de Piñera, que congeló las tarifas eléctricas bajo la ley “PEC” para bajar las movilizaciones de octubre de 2019, lo que, sumado a los otros 2 proyectos PEC que impulsó Boric como medida populista electoral, generó un endeudamiento masivo y obligatorio a largo plazo para todos los clientes regulados de la electricidad. Ahora, cada peso que no se cobró desde entonces se pagará con severos intereses, que ascienden a casi 2.000 millones de dólares.

Lejos de intentar proteger al pueblo, el gobierno decidió respetar que se pague el 100% de la deuda, demostrando su posición a favor del empresariado. Si a las ISAPRES sin problemas les rebajó el monto e incluso les permitió no pagar un peso de interés por la millonaria deudaque adquirieron robándole a sus clientes, a las generadoras y distribuidoras de luz les asegurará un pago completo de la deuda, para que sigan acumulando riquezas a partir de nuestra pobreza.

Mientras los hogares consumen apenas un 16% de la energía que se genera, seremos quienes paguen casi la totalidad de la deuda.

La Ley define 3 tramos, G1, G2, G3, donde G1 es el de menor consumo (hogares, son el 90% de los clientes) ; G2 consumo intermedio (hogares y pequeñas empresas, son el 5% de los clientes) y G3 (comercio y mediana industria, son el 5% de los clientes). Antes de que el ministro Pardow aprobara la ley de Estabilización Tarifaria, las tarifas eléctricas de los 3 tramos de consumo regulado aumentarían de la siguiente forma: los hogares (G1) subiría un 8%, mientras el comercio y las medianas industrias (G3) debería subir un 88%1. Pero Boric, para mostrar más estabilidad ante los empresarios, decidió que la tarifa del grupo empresarial aumentará apenas entre un 18% y un 25%, transfiriendo la mayor parte de la deuda al tramo de los hogares, a quienes les terminará aumentando más de un 50% el precio de su consumo.2

De esta forma, para las alzas de octubre, por ejemplo, el tramo G1 que sin ley hubiese aumentado en 14%, tendrá un aumento de 31% en sus cuentas de luz; el tramo G2, que hubiera aumentado 20% sin ley, aumentará un 38%; y el tramo G3 de las empresas, que hubiera aumentado 120% sin ley, con la ley aumentará tan sólo 32%, ya que sus alzas las habrá absorbido el tramo G1 y G2, en otras palabras, en su mayoría el pueblo. ¿Para quién está hecha esta ley de estabilización entonces?¿Qué se busca realmente estabilizar si no son los negocios y bolsillos de los empresarios? Lo único claro es que esta ley no trae ningún beneficio para el pueblo, sólo perpetúa y profundiza las injusticias que ya sufrimos a diario3.

Con esto queda claro de qué lado está el gobierno, basta ver los permisos y las concesiones que les dan a los empresarios cuando están endeudados en contraste con el pueblo trabajador. Para el empresariado el mensaje es uno solo: Este gobierno les va a proteger su negocio.

Frente a un gobierno que vela por los intereses del explotador, el pueblo solo tiene una opción: Rebelarse y luchar.

1 Además, el segundo tramo (el otro 5%), que son las casas de alto consumo y el comercio pequeño como negocios de barrio, subiría un 12%. Pero ahora, con la nueva ley subirá un 32%

2 Cabe mencionar que además para todos los tramos las tarifas subirán gradualmente. Por ejemplo, este primer semestre el tramo de los hogares subirá un 12%, en octubre un 30% más y en enero de 2025 volverán a subir entre un 12% y un 17%. Cada subida de precio aumentará sobre la base del alza anterior.

3Yendo un poco más allá, cabría también decir que el 90% de los subsidios que serán entregados para la luz, serán financiados a través de las alzas en la cuentas de la luz, y sólo un 10% con recursos del Estado.