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El MIR en enero de 1973: “El pueblo debe avanzar decididamente por el camino de la revolución”.

Durante enero de 1973, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) reafirmó con fuerza su postura crítica hacia el sistema capitalista imperante en Chile y las políticas reformistas del gobierno de la Unidad Popular (UP). Durante este mes se desarrollaron diversas acciones de agitación y propaganda entre las que destacaron el discurso de Miguel Enríquez (Secretario General del MIR) en el teatro Caupolicán, pronunciado el 24 de enero de 1973, así como la publicación del “Pliego del Pueblo” ese mismo mes, que sintetizaba su programa revolucionario. También, el MIR emitió declaraciones en “El Rebelde” (Órgano Oficial del MIR) el 14 y 27 de enero, donde llamaba a fortalecer los Comandos Comunales como alternativa al aparato estatal burgués. En un contexto marcado por la intensificación de la lucha de clases, el MIR propuso un camino alternativo al reformismo para el pueblo, basado en el desarrollo autónomo del poder popular, que implicaba la construcción de organizaciones populares revolucionarias al margen del aparato estatal burgués.

Fundado en 1965, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fue un organización política que nació como una respuesta crítica a la izquierda tradicional chilena, promoviendo la revolución socialista mediante la movilización de masas y la acción directa (como fueron las tomas de fundos y fábricas). Desde sus primeros años, el MIR destacó por su análisis claro y punzante de la lucha de clases en Chile y su enfoque en la creación de poder popular. Aunque al comienzo fue conformado por un grupo reducido de militantes, con diferencias en posiciones y experiencia, con el tiempo su estructura y discurso evolucionaron hacia un mayor grado de organización, permitiéndole llegar a consolidar trabajo de bases en amplios sectores del pueblo, desde estudiantes en liceos y universidades, hasta trabajadores en fábricas y campesinado en zonas rurales.

Grandes porciones del pueblo vieron en el camino marcado por el MIR la opción más justa y concreta de conquistar sus derechos. Este proyecto no significó mero idealismo para las masas, se tradujo en organización y compromismo de miles de trabajadores, estudiantes, pobladores, campesinos e incluso militares. El MIR fue conocido por su resistencia activa al sistema burgués y por adoptar la lucha armada como una herramienta legítima para alcanzar la revolución socialista. Esta postura llevó a que muchos de sus dirigentes, incluyendo a Miguel Enríquez, fueran perseguidos y se les dictaran órdenes de captura.

El MIR se opuso a la estrategia reformista de la UP, puesto que esta intentaba administrar el capitalismo sin desafiar sus estructuras fundamentales. Esta visión, sustentada en el análisis de la crisis estructural del modelo económico y político chileno, identificaba al reformismo como una política que frenaba el avance de las masas trabajadoras para preservar una “paz social”, inviable dentro del capitalismo.

¡No será posible terminar con el desabastecimiento y la especulación si los reformistas imponen su política de amparar a un sector de los grandes patrones de la industria!
El socialismo no ha fracasado en Chile porque no existe socialismo.
Esta no es la crisis del socialismo. Esta es la crisis del sistema capitalista que aún impera en Chile. Lo que han intentado los sectores reformistas del Gobierno no ha sido una revolución obrera y campesina o la instauración del socialismo”.
Lo que han ensayado en Chile ha sido un débil y pacato intento reformista. Se ha enfrentado la crisis del capitalismo respetando las normas del Estado burgués y con medidas que siempre han amparado a un sector de los grandes patrones”.
Palabras de Miguel Enríquez en su discurso de enero de 1973.

El MIR subrayó que la alternativa revolucionaria era la única salida viable porque permitía superar las limitaciones del aparato estatal burgués y construir una nueva sociedad basada en las necesidades de las masas populares (según el “Pliego del Pueblo” publicado en enero de 1973).

El contexto social de la época estaba definido por un aumento significativo en las movilizaciones de trabajadores, campesinos y pobladores. Desde fines de los años 60, se venía intensificado la lucha de clases, con huelgas, tomas de terrenos y fundos, y la creación de organizaciones de bases como los Comandos Comunales, autónomas a la institucionalidad estatal burguesa. Estas acciones, muchas lideradas por el MIR, mostraban la radicalización creciente de las masas que buscaban respuestas inmediatas a sus demandas.

A nivel continental, el panorama también se encontraba bastante remecido: mientras las dictaduras militares en Brasil y Uruguay y la injerencia directa de Estados Unidos, en apoyo de fuerzas reaccionarias, configuraban un escenario de lucha desigual, emergía una ola de movimientos revolucionarios inspirados por el reciente triunfo de la Revolución Cubana, que fue un gran caudal de esperanza y envalentonamiento para los pueblos de Latinoamérica. La figura del Che Guevara y su llamado a la insurgencia continental seguía siendo una referencia cercana para muchos movimientos, incluyendo el MIR, que encontraba en esta coyuntura la posibilidad de construir alternativas al capitalismo. En Chile, el MIR denunciaba que “los sectores dominantes, con apoyo imperialista, estaban dispuestos a utilizar la violencia para mantener sus privilegios”, anticipando así el riesgo de un golpe de Estado (declaraciones del MIR en “El Rebelde”, enero de 1973).

El MIR llamó al pueblo a crear y fortalecer Comandos Comunales de Trabajadores como instrumentos de poder alternativos. Los comandos debían actuar como “organismos autónomos capaces de organizar y dirigir la lucha en fábricas, fundos y poblaciones” y constituirse en “la columna vertebral de un gobierno de trabajadores”. Este camino, que el MIR consideraba esencial para avanzar hacia el socialismo, fue expresado en su “Pliego del Pueblo”, un programa que incluía el control obrero de la producción, la expropiación de tierras y fábricas, y la eliminación de los privilegios burgueses (según el “Pliego del Pueblo” publicado en enero de 1973).

En su análisis de la coyuntura, el MIR también alertó sobre la “capitulación” del gobierno de Allende ante las fuerzas reaccionarias. Argumentaban que las concesiones hechas por la UP a sectores burgueses y la Democracia Cristiana debilitaban el proceso revolucionario. En sus escritos, el MIR denunciaba que “mientras más concesiones se hagan al PDC y mientras más se negocie con los partidos de los dueños de fundos y fábricas, mayor será la debilidad de la izquierda y mayor la fortaleza de la clase dominante” (declaraciones del MIR en “El Rebelde”, enero de 1973).

No obstante, este no se limitaba a una crítica del reformismo, sino que buscaba construir una alternativa concreta y viable. Sus dirigentes enfatizaban que “la crisis de Chile tiene solución, pero solo fuera y contra el sistema capitalista”. Para ello, promovían la organización popular desde las bases, con una estrategia de movilización directa y confrontación con las estructuras de poder existentes. Además, el MIR impulsó la solidaridad internacional con otros procesos revolucionarios, destacando la importancia de la “unidad de los pueblos oprimidos” frente al imperialismo norteamericano (manifiesto del MIR en “El Rebelde”, 14 de enero de 1973).

En enero de 1973, el MIR levantó la voz audazmente y sin vacilaciones, desafiando tanto al reformismo como al sistema burgués, apostando por una movilización popular autónoma y por la construcción de un nuevo poder desde las bases. Pero eso no es todo, porque el proyecto del MIR también encarnaba en cada acción, por más pequeña y anónima que fuese, la construcción de un nuevo ser humano, de una nueva forma de vivir, con la dignidad al centro y el protagonismo del pueblo como motor de la sociedad. El legado del MIR representa el más alto ejemplo de que un Chile justo es posible, es posible que los pobres decidan su futuro, que las masas se organicen y participen activamente de la conquista del poder, pues está en las manos del pueblo la posibilidad de cambiar este sistema desde sus cimientos.

El llamado del MIR buscaba una transformación radical de la sociedad chilena, y para eso resultaba necesario preparar al pueblo para resistir el asalto de las fuerzas reaccionarias que se aproximaban, pues solo las masas podrían defender el proyecto revolucionario. En palabras del Secretariado Nacional del MIR: “El combate no se ganará en los pasillos ni en las negociaciones, sino en cada fábrica, fundo y población donde el pueblo se organice y movilice por sus derechos” (declaraciones del MIR en “El Rebelde”, enero de 1973).

Referencias

– Enríquez, M. Discurso en apoyo de los candidatos del Partido Socialista y la Izquierda Cristiana. Publicado en “Punto Final”, 24 de enero de 1973.

– MIR. Pliego del Pueblo: Programa del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Enero de 1973.

– MIR. Declaraciones del Secretariado Nacional: Prepararse para luchar en todos los terrenos. Publicado en “El Rebelde”, 27 de enero de 1973.

– MIR. Manifiesto del Pueblo y llamado a la movilización popular. Publicado en “El Rebelde”, 14 de enero de 1973.