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Condonación del CAE: Otra mentira del gobierno

Boric, el candidato presidencial, ese que se jactaba de ser uno de los protagonistas de las movilizaciones estudiantiles, ese que decía marchar en contra de la educación de mercado, prometía ser el canal a través del cual se cumplirían todas las demandas educativas. Bajo titulares grandilocuentes en su programa como “educación gratuita y de calidad”, “Fortalecimiento de la educación pública” o “condonación al CAE”, fue electo con una masa no menor de apoyo dentro del sector estudiantil. Hoy, a 3 años de su gobierno, esas promesas no valen ni siquiera la tinta sobre la cual fueron escritas.

Hoy vemos al sector educativo abandonado, ausente de proyectos, con propuestas mezquinas y carente de protagonismos oficialistas. Pareciera incluso que, una vez electo, todas las propuestas y promesas hacia su sector se hubiesen esfumado y reemplazado por una agenda más cercana a los proyectos y leyes contra las que él mismo marchaba en 2011. O más, bien, que Boric y su sector no eran más que la nueva generación de políticos que querían asumir el rol que tenía la Concertación en ese entonces.

Los Privados, la base del modelo

Desde los 80’s, la dictadura provocó la irrupción total de instituciones privadas en el sector educativo. La masificación y diversificación privada de la educación tuvieron un detrimento directo en la calidad educativa, a través de programas incompletos y bajos estándares de resultados.

El CAE, bajo este panorama, nació como una iniciativa del gobierno de Lagos para apoyar al crecimiento de estas instituciones. Desde el 2006 hasta hoy, la Comisión INGRESA ha aprobado más de 4 millones de Créditos con Aval del Estado. De ellos, los bancos destinaron casi $9,8 billones (millones de millones), a diversas Universidades. Teniendo en cuenta que las instituciones públicas representan solamente el 16,3% de la matrícula anual y que de estos entre el 60% y 70% son beneficiarios de la gratuidad, entendemos que casi la totalidad de estos montos se dirigen a instituciones privadas1.

Sin embargo, ¿Para qué se financian las instituciones privadas? ¿Por qué se invierte en proyectos privados antes que desarrollar las universidades públicas? Más que buscarles un objetivo o una misión a estas instituciones, a estas alturas lamentablemente son otro actor del mercado. La apertura y masificación del mercado educativo permite encontrar un nuevo nicho de acumulación que desarrollar. Los dueños del negocio, como un oligopolio buscan hacer crecer su negocio, se valen de todas las formas que tiene a su disposición para hacerlo, pagando por leyes que le favorezcan, publicitando su producto de forma masiva, saboteando a la competencia y ahorrando en todos los costos posibles.

Al final el pueblo se termina endeudando bajo la falsa promesa de mejores condiciones de vida, mientras que los únicos beneficiarios son los que reciben el sueldo de las familias a través de los aranceles y créditos universitarios. A ellos, los Bancos y Holdings educativos, no les interesa en absoluto el progreso del país, la educación del pueblo ni mejorar sus oportunidades de vida. En tanto el modelo les permita seguir lucrando, no importan las consecuencias que provoquen. Sin embargo, el creciente número de morosos del CAE; la cantidad de desertores y cesantes que dejaron las instituciones con nula proyección educativa y títulos de poco valor; la saturación absoluta de profesionales de carreras tradicionales; El estancamiento en los salarios del sector profesional y las progresivas alzas en todos los aspectos de la vida, terminan, en su conjunto, creando un problema tanto económico como político para el modelo.

Así, ya desde hace mucho tiempo el modelo educativo de mercado venía pidiendo “un ajuste”, y es aquí donde se inserta el proyecto de “condonación” del CAE que presentó Boric, que disfrazado de cumplimiento de la promesa de campaña, es en realidad una de las medidas para ordenar el modelo de educación superior privado, haciéndolo más eficiente al mismo tiempo que lo dotará de un proceso de relegitimación que le permitirá seguir operando sin mayores cuestionamientos, al “sacrificar” a la banca en pos de seguir financiando a las instituciones privadas con dineros públicos.

Pero ¿En qué consiste el proyecto?

Pirmero, cabría decir que bajo el nombre de “Condonación del CAE” se incorpora lo más importante, y el verdadero ajuste: El Sistema de Financiamiento la Educación Superior (FES). El FES viene a reemplazar a los créditos universitarios, de forma que concentra a la mayoría de las modalidades en un único instrumento financiero a cargo del Estado. Esto está destinado a quienes no sean beneficiarios de la gratuidad, y busca básicamente que los estudiantes no paguen su carrera mientras están estudiando, para luego contribuir con un porcentaje de su sueldo por 4 veces el tiempo de lo que dure la carrera (Esto es, por cada semestre cursado deberá pagar 2 años). Para asegurarlo, el Estado deberá comprar los CAE de los deudores que se adhieran al sistema, pagando el total de la cuota más los intereses a la Banca, financiando así el 100% de sus ganancias2. En su esencia, el FES actúa de la misma manera que el CAE, financiando los aranceles nominales de cada estudiante beneficiario, sin llegar a cuestionar realmente los valores de cada institución, permitiendo así el cobro de aranceles carísimos sin que estos se vuelvan impagables gracias al copago del Estado3.

En todo esto, el eslogan de la condonación es solo una pequeña parte del producto, ya que viene incorporado como un incentivo para el traspaso de un sistema a otro. Al respecto, si bien se había prometido una condonación universal, este en realidad será un monto mínimo en comparación con la deuda real. Por una parte, quienes recibirán el mayor porcentaje serán los desertores, a quienes, si están al día con su deuda, se les condonará desde 60 UF hasta 120 UF (que actualmente son $4.554.955) dependiendo de su puntaje en el RSH, a quienes no se les cobrará la deuda siempre y cuando se encuentren ganando el sueldo mínimo4, mientras que los demás tramos de ingreso deberán pagar entre el 13% y el 15% de sus ingresos mensuales hasta por 20 años, los que serán descontados de su sueldo de una forma similar a los deudores de pensión de alimentos y a quienes a penas se les condonará entre 20 y 80 UF dependiendo si ya egresaron o si están al día.

Este sistema, lejos de ser una ayuda real, implica reducir la deuda de los morosos, aplacando el alza por concepto de interés y reajustes, asegurando su pago a través de un descuento directo de los salarios y dando certeza de tiempo por el cual se endeudarán. Por todo esto decimos que el proyecto viene a ordenar el modelo, ya que permite seguir financiando a las Universidades y CFT privados en la medida en que se crea un sistema de endeudamiento menos abusivo y más flexible, lo que lo hace más legítimo frente a los deudores.

Salvar este modelo es parte del consenso estratégico de todos los sectores políticos. No es de sorprender la cercanía entre los proyectos de Piñera en 2011 y el actual proyecto de condonación, porque apuntan a lo mismo5. La sola idea de pensar en este proyecto como una búsqueda de hacer justicia se contradice sobre sí misma ¿quién podría pensar que es justo asegurarle el 100% del pago a los bancos para que salgan del negocio Cuando ya han ganado más de $5.8 billones sólo con los CAE? ¿Por qué los desertores deberían seguir pagando por carreras que no les sirvieron de universidades que ya no existen? Con este sistema ninguno pierde, sólo el pueblo que vuelve a endeudarse.

Es evidente que un Banco no junta ni pega con la educación o con su acceso, por no decir que se trata de una aberración; así como tampoco debería tener sentido la presencia de Empresas con fines de lucro en instituciones que supuestamente no deberían tenerlo. Quitar el banco de la ecuación cuando no se invierte en desarrollar más a las universidades o en crear un proyecto educativo para el país sólo legitima el negocio educativo.

Mientras tanto, a las Estatales, las que deberían ser el estandarte de la educación, las vemos en un abandono funcional al modelo de las privadas. La falta de recursos, la infraestructura deteriorada y la carencia de una visión estratégica que dirija el rumbo de la Educación Superior chilena orilla a las universidades públicas a regirse bajo las lógicas del mercado y de las instituciones privadas, compitiendo por obtener más recursos y abaratando sus costos6.

Los profesionales y estudiantes, aquellos que han vivido la precariedad de la educación superior, no pueden permitir que bajo este engaño se hable de un modelo justo. El FES, al igual que la Estrategia Nacional del Litio, que la Ley de Estabilización Tarifaria o que el Proyecto para reformar a las AFP’s, no busca en lo absoluto mejorar la vida del pueblo, sino simplemente relegitimar el sistema de miseria. En la medida en se asegura el 100% de la inversión de los dueños del negocio, que se utiliza el dinero de las familias para pactar la salida de los bancos y que las Instituciones Privadas podrán seguir lucrando con la educación a destajo, no hay ningún apoyo para el pueblo que podamos celebrar. La única solidaridad que conoce el gobierno es con su propio sector, donde el pueblo no está invitado.

Hoy, en medio del intento constante por relegitimar el modelo educativo, es necesario denunciar este engaño con organización, protesta y decisión, esa es la tarea de los estudiantes y profesionales revolucionarios. Para quienes buscamos una vida digna y justa, es necesario rebelarse y luchar para poner fin al negocio educativo que deriva en la precariedad educativa que vive el sistema producto del negocio educativo; por un sistema que cuente con una buena formación de los profesionales, y su orientación y planificación en función a las necesidades populares.

Contra este sistema educativo de precariedad y los engaños de políticos y dueños del negocio, lo justo es rebelarse y luchar.

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1 Los grandes grupos económicos de la Educación están representados en 4 Holdings: Fundación Educación y Cultura; Santo Tomás; INACAP; y Pontificia Universidad Católica. Respecto de este punto, además se pueden destacar las universidades con mayor lucro: Universidad San Sebastián, Autónoma, Central y Del Desarrollo. Esto es importante porque en estas instituciones se registraron utilidades por más de $185mil millones de acuerdo con la última información disponible (año 2022), monto que representa un 73% de las utilidades generadas por todo el sistema de Educación Superior chileno. Precisamente es en estas instituciones donde se concentra el 68,2% de quienes acceden al CAE y el 67,8% de los recursos que por esta vía ha recibido todo el sistema de Educación Superior chileno desde el 2006, lo que equivale a $6,67 billones (millones de millones de pesos).

2 Para los bancos, este negocio es sumamente rentable, ya que El Fisco les ha comprado 2.163.598 créditos hasta la fecha, donde el Estado, además de los reajustes e intereses, ha pagado un recargo del 26% por cada CAE, teniendo que pagar en total 4.3 veces el valor de cada carrera en promedio. Las ganancias para la banca son equivalentes a más de $5,78 billones, lo que se concentra en solo 3 instituciones financieras. El gasto del Estado es tan excesivo que costear la Educación Superior en Chile llegó a costar más del 2,5% del PIB anual siendo el segundo país más costoso en este ítem a nivel OCDE.

3 Cuando hablamos de arancel nominal, nos referimos al arancel que fija el Ministerio de Educación, el cual suele ser muchísimo más bajo que los valores reales que fijan las instituciones. En las Universidades Privadas, por ejemplo, el arancel real es 1,4 veces más alto que el arancel nominal, aunque tiende a casos extremos donde es el doble o incluso más, como el caso de la PUC o la UDD.

4 Este monto se define en base a las UTA (Unidades Tributarias Anuales). El tramo que está exento de pago son aquellos que perciban ingresos anuales de hasta 7,5 UTA, lo que equivale actualmente a $5.996.520 anuales o bien $499.710 mensuales.

5 El proyecto de Piñera, presentado por el entonces Ministro de Educación Harlad Beyer, se asimilaba más a un Crédito del Estado, ya que no tenía un tope de años de endeudamiento, pero utilizaba el mismo sistema de tramos para calcular la deuda que cada usuario debería pagar una vez terminada su carrera. De la misma forma, el proyecto dejaba fuera el rol de los Bancos en la ecuación y otorgaba flexibilidad a su pago. Aunque la deuda tuviese intereses, el objetivo de ambos proyectos y los mecanismos para financiar los aranceles son prácticamente idénticos.

6 Una de las mejores muestras de esto son los Indicadores de Eficiencia Docente que evalúa el Mineduc, ya que estos valoran positivamente la Titulación oportuna y las Tasas de Retención, lo que suele traducirse en una disminución en los estándares educativos en la medida en que se incorporan mecanismos de flexibilidad y recortes curriculares que hacen menos exigentes a los cursos y sus evaluaciones. Mientras más alto esté este indicador, mayor financiamiento reciben de las Insittuciones.